Desde 2030, ninguna vivienda en la Unión Europea con calificación energética F o G podrá venderse ni alquilarse legalmente, a menos que sea reformada para mejorar su eficiencia.
Esta medida forma parte de la Directiva Europea de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD), cuyo objetivo es modernizar el parque inmobiliario y avanzar hacia la neutralidad climática en 2050.
Una transformación del mercado inmobiliario
Hasta ahora, la etiqueta energética era solo un requisito informativo. Pero dentro de pocos años, las viviendas con menor rendimiento quedarán fuera de circulación hasta que se renueven.
En España, el impacto será especialmente fuerte:
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Más del 80% de los edificios se construyeron antes de 1980, cuando no había normativas de aislamiento ni eficiencia.
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Gran parte del parque inmobiliario actual tiene etiquetas F o G, lo que obligará a realizar reformas masivas.
¿Qué significa tener una calificación “E”?
La calificación energética clasifica las viviendas de la A (máxima eficiencia) a la G (mínima).
Para alcanzar el nivel “E”, se evalúan aspectos como:
✅ Aislamiento térmico en fachadas, techos y ventanas.
✅ Sistemas de calefacción y refrigeración eficientes (preferiblemente eléctricos o renovables).
✅ Uso de energías limpias, como paneles solares o bombas de calor.
✅ Instalación de sistemas inteligentes de control del consumo.
Consecuencias para los propietarios
Con la nueva normativa, los dueños de viviendas deberán adaptarse a cambios importantes:
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Restricción de mercado: los inmuebles con etiqueta F o G no podrán venderse ni alquilarse desde 2030.
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Necesidad de reformas: aislamiento, sustitución de calderas, instalación de placas solares o cambios en la iluminación.
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Impacto económico: aunque supondrá una inversión inicial, las reformas pueden reducir facturas energéticas y revalorizar la vivienda.
Un calendario progresivo de exigencias
Las metas se irán endureciendo con el tiempo:
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2030 → mínimo “E”.
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2033 → mínimo “D”.
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2040 → mínimo “B”.
Un reto y una oportunidad
La directiva también representa una oportunidad:
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Impulso a la construcción y rehabilitación.
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Creación de empleo en arquitectura, ingeniería, instalaciones y renovables.
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Necesidad de ayudas públicas y financiación para que los propietarios puedan afrontar los costes.
En definitiva, la Unión Europea busca reducir emisiones y asegurar viviendas más confortables, sostenibles y económicas de mantener.